Año tras año va aumentando la discriminación por edad en el grupo senior (+50) que sumada a la de siempre (-30) reduce a 20 años el tiempo trabajo de una persona.
¡Qué nadie piense que se va a librar de esta discriminación!
Ante este hecho la sociedad se alborota y se queja como siempre. Lágrimas de cocodrilo sin ningún valor práctico.
"¡Hay que sacarles de ahí! ¡Hay que reintegrarles en el mundo del trabajo! ¡Es gente con talento no podemos prescindir de ellos!"
Todo muy teatral y superficial a la vez.
Las solución que se están implementando, y aquí mi preocupación, trata a este grupo senior como si fuera un grupo de jóvenes que busca trabajo. Un error conceptual gravísimo. No es lo mismo un senior sin trabajo que un joven sin trabajo. Es de cajón de madera de pino o blanco y en botella, que da lo mismo.
Este es un reto al que las organizaciones, los implicados, los asesores y formadores han de dar nuevas respuestas prácticas, eficaces, útiles y personalizadas.