A mi amiga Concha, que lucha por ser respetada
La empresa se está convirtiendo, algunas más que otras, en un campo de lucha donde la barbarie, se está haciendo con el poder: gritos, malas palabras, descalificaciones, difamaciones, ofensas ¡Para qué seguir!
Algunos individuos lo justifican por el estrés, la competitividad, los tiempos ajustados, la ambición, el poder.
"A la empresa se viene llorado" ¡Pues no! Solo un individuo deshonesto, inmoral, puede hacer una afirmación igual ¡A la empresa no se viene a sufrir, ni a llorar! ¡Tampoco, como dicen los sabiondos a buscar la felicidad!
A una empresa se va a trabajar y por tanto a recibir un salario justo. Todo en ella debe propiciar el desempeño: el equilibrio, la exigencia, la responsabilidad, el conocimiento, la transparencia, el esfuerzo, la integridad, la honestidad.Ninguno de estos valores puede alcanzarse si no hay educación, respeto, tolerancia.
La educación ha de regresar a las empresas que la han perdido y también a todos aquellos que piensan, que ser educado es una debilidad. El directivo, el jefe, el responsable no puede alcanzar sus metas dejando cadáveres a su paso. El aspirante no ha de mentir en las entrevistas, ni falsear su CV. Los reclutadores no pueden despreciar a cualquier persona que entrevistan ¡La empresa no puede ser una picadora de carne!
Se han perdido los límites, el respeto, la educación y no han aumentado proporcionalmente los beneficios de las empresas. La ética protestante del trabajo ha demostrado que vale un pimiento. Las grandes palabras de autoayuda de los motivadores sajones solo dejan cicatrices. La educación se ha reemplazado por la ambición y otros "valores infumables”
Mira a tu alrededor ¿cuántas personas saben estar, comportarse, ser educadas?
Commentaires