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¿Sabes conversar? ¿Hablas y hablas y no dices nada? ¿Prefieres quedarte callado mirando a tu interlocutor? ¿Sabes seguir una conversación? o ¿Solo asientes con la cabeza y pones caras como George Clooney?
Uno de los principales problemas en el trabajo es que no se cuida la conversación. Todo son ordenes directas. Rápidas como un directo a la mandíbula de Ilia Topuria.
Parece que solo existen dos temas de conversación. O hablas de trabajo o de futbol, golf, coches, motos, comidas, vinos... Dos temas, ni uno más.
Saber conversar es uno de los pilares en los que sustenta la buena dirección. El jefe o el líder (dicho en plan blandito) tienen que dedicar cada vez más tiempo a comunicarse: en reuniones presenciales, video-conferencias, presentaciones, eventos, a través ed teléfono, mail, WhatsApp, etc...
La conversación es una herramienta que te ayuda a lograr los objetivos de liderazgo que te propones.
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