Cada día aparecen en la vida dificultades a las que debemos responder con agilidad. Son problemas de todos los tamaños: desde cruzar una calle a responder a una pregunta capciosa, torcerse el talón o perder a un familiar o un amigo querido.
Cualquiera con dos dedos de frente sabe que vivir es difícil.
Si hablamos del trabajo los obstáculos aparecen en los momentos más inesperados. Cuando todo aparenta ir bien: en ese momento te despiden, tienes un conflicto con tu jefe o con el favorito, trabajas fines de semana, tus compañeros te miran con caras de perro o tú a ellos, los baños del aeropuerto se convierten en el espacio ideal para llorar o cada mañana en el coche insultas a derecha o a izquierda, nadie celebra tu trabajo, ni tan siquiera lo agradecen. Así ocurre durante 40 horas a la semana o más.
A esto añade problemas en el amor, en las relaciones sociales, con nuestro banco, con hacienda.
Poner una rápida solución a estos conflictos hará que tu calidad de vida mejore, de lo contrario aparecerán la ansiedad, el estrés, el cansancio, la melancolía, los bloqueos y mucho peor si decides soportar estas consecuencias a través de la droga, ya sea una copa, un porro, cocaína o metanfetamina.
Todas estas son razones más que suficientes para que estés atento a tu vida.
Pero y si no lo estás, si estás de espaldas a la realidad, mirando por una ventana mientras el mundo continúa en ese momento
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