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Trabajar es difícil y lo sabes



Poco a poco se va imponiendo un estilo de pensamiento que pretende falsear el concepto de lo que es una empresa y convertirla en una prolongación de la vida personal. Un objetivo, entre otros, es a la vez psicológico, mental y social, es ser tan auténtico y feliz como uno quiera, olvidando a los demás.


Un estilo que recuerda el de Bartleby el escribiente, el protagonista del cuento de Herman Meville, que una y otra vez repite cuando le mandan una tarea "preferiría no hacerlo" y acaba instalándose a vivir en la oficina.


Esta pretensión de hacer lo que me da la gana, se disfraza ideológicamente como una reacción democrática al sometimiento de los "trabajos M", al poder despótico de los jefes, mandos intermedios incluso compañeros del mismo nivel. La respuesta que da la tecnología a las relaciones laborales. Vamos la tan socorrida ley del péndulo que aparece como un equilibrador social. Pero no es así.


Debería llamarse "Qué hay de lo mío"


Para ayudar a comprenderlo algunos casos reales:


  1. El de un director creativo que acudía al trabajo con chanclas, pantalón corto, sin asear y que llegaba a ventosear (peerse) en una reunión: era su modo de ser auténtico, de ser él.

  2. Un presidente que entrevistaba a sus candidatos con una nariz de payaso tal y como le había propuesto su psicólogo: la consigna era que se comportara tal como era, eso pensaba el clínico, y así rebajar el estrés que le causaba su cargo.

  3. Convertir la empresa en un espacio de felicidad, parecido a un campo temático: formación entretenida, celebración de cumpleaños, equipos de trabajo amables, una mesa de futbolín, vamos un chill out, donde dar la mejor versión de uno mismo.

  4. Y por supuesto ¿qué decir de la violencia en el trabajo? El trabajo no es un lugar al que se va llorado, aguantando y callando. Y mucho menos en el que se causa daño.

  5. Si necesitas más ejemplos recuerda tu caso.

¿La reacción a la dificultad del trabajo es inventar el mundo amable en el que esfuerzo no exista? ¿Imponer una nueva realidad? ¿Obligar a los demás a aceptarme tal y como quiero ser? ¿Luchar contra los empleos M? ¿Culpar a la empresa de mis insatisfacciones psicológicas y mentales? ¿Sufrir, sufrir y sufrir o pasar mi sufrimiento y mi esfuerzo a los demás? No voy a caer en dar soluciones genéricas.


Los errores, las faltas, la altanería, la mentira, la soberbia están por todas partes. Los malos avanzan los buenos se pliegan.


Trabajar es difícil. Cualquiera lo sabe. Por eso hay que aprender a trabajar.


Si has llegado hasta aquí quiero recordarte que no soy pesimista, soy realista como buen pesimista.

 

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